Médico, Mártir, Obispo de Sebaste, Armenia (ahora Sivas, Turquía) Santo Patrón de la Republica del Paraguay, de los otorrinolaringólogos, y de todo quien padece enfermedades de la garganta.
San Blas era un buen médico y obispo, se preocupaba por la salud espiritual y la física de su gente. Se le conoció por múltiples milagros, especialmente los males de la garganta.
Un día, una madre llevó a su hijo, quien se estaba ahogando con una espina de pescado que tenía atravesada en la garganta y San Blas lo salvó.
Debido a persecuciones, vivió por un tiempo en una cueva, donde se le conocía como domador de las bestias. Una señora corrió a San Blas porque un lobo agarró en el hocico a su cerdo, y San Blas ordenó al lobo que soltara el cerdo, el lobo obedeció, y el cerdo salió ileso. Cuando arrestaron a San Blas por predicar el cristianismo, se dice que la señora, en agradecimiento, le llevó a San Blas, comida y dos velas para que iluminara la oscuridad de la celda.
San Blas es un mártir de la Iglesia. Lo torturaron y murió decapitado el 3 de febrero del año 316.
Celebramos la Fiesta de San Blas con el Rito de Bendición de las Gargantas. “Que, por la intercesión de San Blas, Dios te libre de problemas en la garganta y cualquier otro mal". ¡San Blas de Sebaste, ruega por nosotros!
EN TODO AMAR Y SERVIR