Casa del Migrante en Ciudad Juarez (Chiguagua, Mexico)

Por Zandra Schiemann

Las Comunidades Hispanas Ignacianas son grupos pequeños de adultos que se reunen para orar, acompañarse en su camino espiritual ignaciano y poner su fe en la acción.

Después de mucho discernimiento y búsqueda de algo que, como comunidad, pudieran hacer en común, el grupo de Comunidad Ignaciana de la parroquia de San Ignacio en Chestnut Hill (MA) encontró un proyecto social viable y concreto en el que todos trabajarían unidos.

P. Francisco Javier Calvillo Salazar

Gracias a un sacerdote jesuita que hizo su tesis en Boston College sobre procesos migratorios, se pudo hacer una reunión de zoom y la comunidad tuvo la oportunidad de escuchar al padre Francisco Javier Calvillo Salazar, director de la Casa del Migrante en Ciudad Juarez, México, y conocer de primera mano cuál es su trabajo y sus necesidades.

La casa del Migrante lleva trabajando cerca de 36 años sirviendo a los migrantes en la frontera.  Atienden permanentemente a unas 240 a 280 personas que vienen deportadas o pidiendo asilo y no cuentan con un lugar donde pasar la noche o tener alimento.

En la actualidad, el programa ha debido adaptarse pues con la pandemia que azota a todo el mundo, los migrantes, solos o con sus familias, han tenido que permanecer en el centro mas de 7 meses sin posibilidad de saber cuándo o cómo podrán solucionar su situación.

Esto por supuesto, ha significado un incremento en servicios basicos  y en la atencion primaria en salud para quienes permanecen en la casa.  Por otro lado, las circunstancias de abastecimiento de alimentos de primera necesidad está siendo  restringuido, lo que supone un mayor esfuerzo para poder dar diariamente la alimentacion a todas las personas.

La otra necesidad y que está conviertiéndose  en un verdadero problema, es la falta de recursos económicos para pagar a un médico que pueda atender a las personas enfermas.

La Comunidad Ignaciana de San Ignacio, en sus reuniones, vio en este programa una oportunidad para ellos poder ayudar. Es así como decidieron que mensualmente recogerían una suma de dinero para  poder pagar esas horas  de trabajo de un médico que tanto se necesitan.

Este proyecto, ha significado mucho y ha unidoal grupo de tal forma, que como lo ha dicho uno de los participantes “ahora si somos comunidad”.

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