Protejamos a los que buscan asilo

En visperas del Día Mundial de los Refugiados y los Migrantes, junto al Papa Francisco y la gran Familia Ignaciana, recemos juntos:

Padre santo y amado,
tu Hijo Jesús nos enseñó
que hay una gran alegría en el cielo
cuando alguien que estaba perdido
es encontrado,
que se vuelve así cada vez más grande.

Te rogamos que concedas a todos los discípulos de Jesús
y a todas las personas de buena voluntad
la gracia de cumplir tu voluntad en el mundo.

Bendice cada gesto de acogida y de asistencia
que sitúa nuevamente a quien está en el exilio
en el nosotros de la comunidad y de la Iglesia,
para que nuestra tierra pueda ser,
tal y como Tú la creaste,
la casa común de todos los hermanos y hermanas. Amén.

EN TODO AMAR Y SERVIR