Para nuestra meditación:
Al mirar al Niño Jesús cabe preguntarse: ¿qué necesita este niño de mí? ¿qué es lo que le puedo dar? ¿qué es lo que le quiero dar? Al compenetrarse en la escena del Nacimiento, se puede contemplar el cariño y la ternura de María al mirar y abrazar su Hijo. El Obispo Fulton Sheen, un prelado norteamericano muy conocido por sus escritos sobre espiritualidad durante la década de los sesenta y setenta, dijo: “nadie puede amar algo a menos que pueda rodearlo con sus brazos”. (P. Tony Misfud S.J.)
Oración:
Dulce Niño de Belén, haz que penetremos con toda el alma en este profundo misterio de la Navidad. Pon en el corazón de los hombres esa paz que buscan, a veces con tanta violencia, y que tú sólo puedes dar. Ayúdales a conocerse mejor y a vivir fraternalmente como hijos del mismo Padre.
Descúbreles también tu hermosura, tu santidad y tu pureza. Despierta en su corazón el amor y la gratitud a tu infinita bondad. Únelos en tu caridad. Y danos a todos tu celeste paz. Amén.
(Papa San Juan XXIII)
EN TODO AMAR Y SERVIR
(Icono por Kelly Latimore. Más sobre ella aquí.)