Oh Jesucristo, que tu muerte sea mi vida
y en tu muerte sepa yo hallar mi vida.
Que tus trabajos sean mi descanso;
tu debilidad humana, mi fortaleza;
tu confusión, mi honra;
tu pasión, mi felicidad;
tu tristeza, mi gozo;
que en tu humillación sea yo exaltado.
En una palabra,
que en tus males estén todos mis bienes.
Amén.
EN TODO AMAR Y SERVIR