Para un domingo como hoy, donde proclamamos el texto del Evangelio de Lucas: El Peregrino de Emaús.
Que llevabas conversando me dijiste buen amigo,
y me detuve asombrado a la vera del camino.
No sabes lo que ha pasado ayer en Jerusalén,
de Jesús de Nazaret a quien clavaron en cruz
por eso me vuelvo en pena a mi aldea de Emaús.
Por la calzada de Emaús, un peregrino iba conmigo
No le conocí al caminar. Ahora si, en la fracción del pan
Van tres días que se ha muerto y se acaba mi esperanza
dicen que algunas mujeres al sepulcro fueron de alba.
Pedro, Juan y algunos otros hoy también allá buscaron:
mas, se acaba mi confianza no encontraron a Jesús
por eso me vuelvo triste a mi aldea de Emaús.
Oh tardíos corazones que ignoráis a los profetas
en la ley ya se anunció que el Mesías padeciera;
y por llegar a su gloria escogiera la aflicción.
En la tarde de aquel día yo sentí que con Jesús
nuestro corazón ardía a la vista de Emaús.
Hizo seña de seguir más allá de nuestra aldea
y la luz del sol poniente pareció que se muriera.
Quédate forastero ponte a la mesa y bendice
que al destello de tu luz en la bendición del pan
mis ojos conocerán al amigo de Emaús.
EN TODO AMAR Y SERVIR